“Mamá: ¡lo conseguí!”

Así sé que se siente mi hija ahora.

Esta noche es la primera noche que duerme en casa de una amiga. Una amiga suya, no una amiga mía con la que tenga yo mucha confianza y sepa algo de diabetes, ni su abuela, ni su tía enfermera…

Una amiga suya que la ha invitado porque disfruta jugando con ella, la ha invitado A PESAR de su diabetes. Sí, y digo esto porque María lleva unos meses especialmente duros. Está en esa franja de edad en la que empezaba a ver cómo sus amigas quedaban, iban unas a casa de las otras a dormir y… a ella no la invitaban.

La quieren, sí, disfrutan con ella en el cole, vienen encantadas a casa, entrenan, juegan a tope los partidos de baloncesto cada sábado, pero… veían su diabetes como una “dificultad”. Al menos eso sentía María.

Y hoy, por fin ¡lo ha conseguido!. Desde aquí quiero dar las gracias a la madre de Luchi, por no asustarse con la “mochila de María”. Por la naturalidad y el cariño con los que la ha acogido en su casa, por cuidarla con lo que mi madre siempre ha llamado “libertad vigilada”, es decir, estando pendiente pero sin invadir ni avasallar, por confiar en ella, en su capacidad de gestionar su diabetes, por no verla como una niña “con diabetes”, sino como una niña maravillosa, alegre, natural, dulce, simpática, con una enorme capacidad de disfrutar de la vida, en definitiva, una niña que disfruta jugando con otra niña, su hija.

Hoy, día grande para María, día de experimentar que no hay límites, no hay nada que no pueda hacer por su diabetes. Hoy ha sido la primera vez que ha patinado sobre hielo y no ha sido bajo la supervisión de su madre. Hoy va a ser la primera vez que se va a levantar a las 4.00 a.m. a medirse ella la glucosa. Sí, como madre me resulta duro, ¡cuánta exigencia para una niña de 11 años recién cumplidos!. Sin embargo, a pesar de los momentos de enfado, de los momentos en los que está harta (y con razón) de medir glucosa, comida y tener que llevar una máquina conectada siempre, muestra una gran fortaleza y disfruta a tope cada día.

Y aunque ahora no veo su cara, sé que está sonriendo, o mejor dicho, riendo a carcajadas en casa de su amiga, hablando de sus cosas, disfrutando del presente y saboreando haber conseguido, por fin, su gran ilusión: ser invitada a dormir en casa de una amiga.

Otro día hablaré de los miedos propios de una madre, los nudos en el estómago y de cómo trabajarlos para que esos miedos no generen miedo e inseguiridad en nuestros hijos. Eso será otro día. Esta noche me quedo con la sonrisa de María y me voy a descansar un rato que, a las 4.00, estaré esperando su llamada. Sólo para que se sienta segura.

Aquí estoy hija, acompañándote en tu proceso de independencia, sosteniéndote en los momentos difíciles y celebrando tus logros, tus múltiples y maravillosos logros…

5 comentarios

  • Es lo mas duro ahora ir dejando la cuerda un poquito floja es dolor he incertidumbre pero se supera.Mi hijo debuto con 4años hoy tiene 20 y todavía sigue habiendo muchos baches pero ellos están hechos de otra fuerza mi animo para ti y para todos esos padres que sufrimos la diabetes día día esto solo lo sabemos nosotros un beso y fuerza

  • Me siento totalmente identificada con tu relato mi hija debuto con ocho años ahora tiene 18 ha sido y es un camino dificil pero a pesar de todo hay q seguir luchando bss

  • Gracias,me siento muy identificada,de momento, con la imagen que comentas. Mi hija, dwspues de 3 meses de diabetes,todavia asusta “su mochila” y a sus 11 años ella se da cuenta.
    Pero estoy segura de que nos haremos a ello para normalizar la vida.
    Gracias.

  • Te felicito por la descripción que haces y que los Padres de un niño con diabetes pasan y experimentan y que hace que nos cambie la vida. De verdad felicidades.

  • Mi más sincera y grande enhorabuena!
    Me he sentido completamente identificada con este relato y quiero por ello felicitar a ambas, madre e hija, por la lucha diaria contra esa enfermedad y por demostrar que SE PUEDE con ella, a pesar de lo difícil que tantas veces se hace.
    Mucha fuerza y ánimos para seguir en ese camino.
    Un fuerte abrazo.

Cuéntanos! Déjanos saber lo que piensas.