El examen

semaforo con caras

Cada vez que voy con mi hija al hospital para su revisión de la diabetes, experimento el día anterior un cosquilleo en el estómago. Como cuando tenía un examen.

Sí porque para mí es “como un examen”. Le hacen el análisis de la glicosilada, revisamos con la endocrino y la enfermera unidades de insulina, raciones, horarios, deporte, estado de la piel… Vamos, un examen en toda regla.

Y aunque soy consciente de que no es 100% así, siento que de mí depende la “nota final”. Que yo, junto con mi marido (pero él no está presente en el examen), somos los que nos ocupamos de “velar” por la estabilidad de la glucosa de nuestra hija las 24 horas del día… Uf! Este sentimiento llena mi mochila de forma especial de camino al hospital.

Y luego, todo sale bien. Siempre se puede mejorar ¡por supuesto!, pero con cariño, paciencia y dedicación, vamos día a día aprendiendo y mejorando en el control de la diabetes, asimilando que no todo depende de nosotros y al mismo tiempo que nuestra hija está bien, es feliz y está “sana” a pesar de su dificultad.

Ahora, ya en casa, me hago otro “examen”: y yo ¿cómo me siento? ¿cómo está mi nivel de energía, de descanso, de disfrute de la vida?. Las respuestas a estas preguntas también son fundamentales, pues me sirven de “chivato” para saber si mi semáforo está en:

  • Rojo: peligro, estoy al límite, necesito descansar YA, no aguantaré mucho más.
  • Amarillo: mi nivel de energía está bajo, voy a buscar un poquito de tiempo especial para mí en los próximos días.
  • Verde: estoy a tope, me sobra la energía, puedo con todo.

Y cómo esté yo, sé, positivamente, que repercutirá en mi forma de afrontar el día a día y esto, a su vez, afectará a mi hija…

Por todo esto, hoy me estoy dedicando este ratillo a mí misma, a dialogar conmigo y a saborear los 2 días que he reservado de descanso para mí a finales de enero. ¡Gracias Gustavo, tú haces que sea posible!.

6 comentarios

  • Mañana tenemos examen y ya estoy con los nervios en el cuerpo. Llevamos cuatro años examinandonos y sigo sin superarlo, además creo que esta vez no vamos a sacar buena nota pero bueno, ya será en la siguiente evaluación.
    Suerte para todas las “estudiantes” que se examinen próximamente .

  • Uy el examen, que momento… Después de la visita al hospital llegaba a casa agotada, Y no sabía porqué.
    Hasta que me dí cuenta… los nervios!. Nada se notaba ni por fuera ni por dentro, pero alguna lucecita de emergencia debía estar encendida, y algún oscuro lugar de mi cerebro a toda velocidad pero yo no era consciente. Sólo que al salir del Hospital y llegar a casa, y por lo general reincorporarme al trabajo estaba como si hubiese corrido la maratón. Ahora que soy consciente de ello., me pasa menos, controlo mejor mis emociones y como repercuten en mi. Nosotros pasamos 2 examenes cada vez, ya que vamos el mismo día al endocrino y a la gastroenterologa por la celiaquía, y en vez de ponerme nerviosa, lo que hago es prepararme la visita, mis preguntas, mis sugerencias todo, así deja de ser un examen. Es una reunión de equipo para fijar las próximas metas a alcanzar. He de decir que funciona porque los médicos y enfermeras que nos atienden son estupendos y nos cuidan, no solo la diabetes, tambien el ánimo y las esperanzas.
    Prometí escribir y aquí está, he tardado un poco, pero eso es porque tambien he encontrado tiempo para mi, y ahora con una niña pequeña, diabética y celiaca por si fuera poco, con un marido que trabaja lejos y no puede venir todos los días, pero eso si con los mejores padres del mundo, soy capaz de ir al giumnasio, leer y continuar con mi propio desarrollo. Y procuro que todo esto repercuta en la felicidad de mi hija. ¿Se puede pedir más? (a parte de la solución a la diabetes… )

  • Uy el examen, que momento… Después de la visita al hospital llegaba a casa agotada, Y no sabía porqué.
    Hasta que me dí cuenta… los nervios!. Nada se notaba ni por fuera ni por dentro, pero alguna lucecita de emergencia debía estar encendida, y algún oscuro lugar de mi cerebro a toda velocidad pero yo no era consciente. Sólo que al salir del Hospital y llegar a casa, y por lo general reincorporarme al trabajo estaba como si hubiese corrido la maratón. Ahora que soy consciente de ello., me pasa menos, controlo mejor mis emociones y como repercuten en mi. Nosotros pasamos 2 examenes cada vez, ya que vamos el mismo día al endocrino y a la gastroenterologa por la celiaquía, y en vez de ponerme nerviosa, lo que hago es prepararme la visita, mis preguntas, mis sugerencias todo, así deja de ser un examen. Es una reunión de equipo para fijar las próximas metas a alcanzar. He de decir que funciona porque los médicos y enfermeras que nos atienden son estupendos y nos cuidan, no solo la diabetes, tambien el ánimo y las esperanzas.
    Prometí escribir y aquí está, he tardado un poco, pero eso es porque tambien he encontrado tiempo para mi, y ahora con una niña pequeña, diabética y celiaca por si fuera poco, con un marido que trabaja lejos y no puede venir todos los días, pero eso si con los mejores padres del mundo, soy capaz de ir al giumnasio, leer y continuar con mi propio desarrolo. Y procuro que todo esto repercuta en la felicidad de mi hija. ¿Se puede pedir más? (a parte de la solución a la diabetes… )

  • Nada mas cierto! Nuestro examen! Porque ese numerito cada 3 meses nos dice como lo hemos hecho, saltas de alegría cuando es bueno o te hundes por unos segundos cuando no lo es. Y a pesar de que te anime la endocrino con un: “es muy difícil controlar a los niños, lo estáis haciendo genial” te sientes culpable y calculas y calculas buscando el error.
    Tiempo para nosotras? 100% necesario! Porque sino los numeritos te ahogan! Yo también agradezco a mi Sergio por regalarme todos los ratitos que me puede dar!

  • Hola, me siento tan identificada…pero cuánto daría yo por tener unnpar de horas para recagar pilas.
    Un saludo

    • Hola Esperanza:
      Cierto, hay temporadas que es especialmente difícil encontrar un tiempo para recargar nuestras pilas y a la vez es fundamental para nosotras y nuestros hijos, por eso creo que es importante insistir en encontrar nuestro “tiempo personal”. A veces unos minutos al día pueden marcar la diferencia de cómo afrontamos la jornada. Mucho ánimo.

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